Para mí los animales son creaturas que poseen una medicina, una enseñanza de la que podemos aprender si estamos atentas/os y curiosas/os.
Soy de la idea que hay animales que se nos presentan a lo largo de la vida, unos con más frecuencia que otros, se van volviendo acompañantes y si estamos dispuestas/os podremos aprender de su sabiduría.
Cuando mi mamá, hace 15 años se enfrentó al cáncer, entre las muchas cosas que hizo, recurrió a las visualizaciones. Y fue durante esos momentos en los que la sabiduría del cuerpo se apodera de la razón, que apareció la libélula. Ella me contaba que veía como las libélulas se comían a las células del cáncer. Fue a raíz de ahí que las libélulas nos han acompañado como su animal de sanación.
En innumerables ocasiones nos han visitado y acompañado: en cumpleaños, en comidas con gente querida, aún caminando por la playa o el jardín de mi mamá. La libélula se ha vuelto eterna compañera.
Hace un poco más de dos años, cuando el cáncer reapareció, pensé que necesitabamos todo el poder, sabiduría y medicina que nos fuera posible tener. Fue así que decidí tatuarme una libélula en el antebrazo, de esa manera siempre nos estaría acompañando cuando fueramos a consulta, estudios o tratamientos.
Para mí seguramente tiene un significado distinto que el que tiene para mi mamá. Para mí las libelulas son ahora un representante de ella, que me acompaña/rá siempre.
Buscando la medicina de la libélula, di con lo siguiente:
- Simboliza el cambio en la perspectiva de la auto-realización, la madurez mental, emocional y la comprensión profunda del significado de la vida.
- Simboliza y ejemplifica la virtud de vivir en el momento y vivir la vida al máximo, siendo consciente de lo que eres, dónde estás, lo que estás haciendo, lo que quieres.
- Simboliza la visión desinhibida de la mente y la capacidad de ver más allá de las limitaciones del ser humano.
- El vuelo ágil de la libélula y su capacidad de moverse en todas las direcciones destilan una sensación de poder y equilibrio, algo que sólo viene con la edad y madurez.
